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Rutas

“Trasvasar en julio no es obligatorio”, advierten los ribereños de Entrepeñas y Buendía

Ante la actitud prepotente del SCRATS, que da por hecho un nuevo trasvase como si el agua de la cabecera del Tajo fuera de su propiedad, la asociación le pide a la nueva ministra que reflexione sobre el camino a seguir, ahora que comienza a recorrerlo. Una dirección lleva a la degradación del Medio Ambiente y la generación de beneficios a corto plazo para unas empresas privadas, la otra lleva a la recuperación del río Tajo y el Mar Menor, patrimonio y riqueza de todos los españoles.

“No, no hace falta trasvasar agua al SCRATS ni es obligatorio”, así de tajante se muestra el presidente de los ribereños, Francisco Pérez Torrecilla. “Ahora que hay algo de agua en los embalses de la cabecera del Tajo, que recordemos están vacíos a más del setenta por ciento, dan por hecho que el agua es suya, aunque siempre digan que el agua no tiene dueño, y dejan de usar las desaladoras, por lo que sube el precio del agua desalada y así justifican la necesidad económica del Trasvase, cuya agua se les subvenciona al ochenta por ciento por todos los españoles”. “Si no les salen las cuentas, ni el Tajo, ni el Mar Menor, ni los españoles tenemos porque pagar sus facturas”.

Esta primavera ha sido especialmente lluviosa, también en el Levante, pero ni con esas los regantes del SCRATS dejan de reclamar agua del Tajo. “Nunca es suficiente, porque el problema del déficit hídrico no es la sequía, es el exceso de consumo”, explica Pérez Torrecilla. Cabe destacar que el 75 por ciento del agua trasvasada es para la agricultura industrial, que copa todos los recursos, no para consumo humano. Ni siquiera para la huerta tradicional, que nunca ha necesitado del Tajo para sobrevivir.

Al final, ha tenido que ser el lamentable estado del Mar Menor el que haya destapado a la opinión pública el escándalo. “No hay excusa, con los informes del extinto MAPAMA y de los ecologistas, es evidente que existe una sobreexplotación de recursos en la agricultura industrial del Levante, no es ni justo, ni sostenible, ni lógico seguir alimentando al monstruo del armario, cuando ya se han abierto las puertas y le hemos visto todos la cara”.

“Mientras, el perjuicio en nuestros municipios es evidente, no podemos explotar turísticamente el agua como hacen en San Juan o el Atazar, porque no podemos garantizar la cota de agua en ningún momento”, lamenta el presidente y alcalde de Sacedón.

Por eso, desde la Asociación de Municipios Ribereños lanzan un mensaje claro a la nueva ministra, Teresa Ribera: “no apruebe un nuevo Trasvase, aunque sea legal, no siga alimentando el monstruo del regadío, que ha devorado el Tajo y el Mar Menor”.

Sin el último trasvase, Entrepeñas y Buendía acumularían cerca de ochocientos hectómetros cúbicos, un 32 por ciento de su capacidad

Además, si los regantes del SCRATS no hubieran saqueado 200 Hm3 de recursos propios del Segura con la connivencia del extinto MAPAMA, según denunciaban los agricultores tradicionales el verano pasado, la cuenca del río levantino estaría cercana al cincuenta por ciento.

Todo un ejercicio de melancolía, que es lo único que le queda a los ribereños cada vez que se ponen a recordar tiempos pasados. “Y si…”. Con la tregua concedida por esta peculiar primavera, que hasta esta misma semana ha dejado abundantes precipitaciones, los embalses podrían acumular cerca de ochocientos hectómetros cúbicos.

Muy cerca de la modesta cifra de 990 Hm3 que reclaman desde la Asociación de Ribereños para empezar a recuperar sus desoladas economías. Muy lejos del cien por cien de llenado, pues andaría el asunto cercano al 32 por ciento; casi un setenta por ciento vacío, y ni con esas pensaba ceder el desmembrado Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.

No obstante, las tornas parecen cambiar y las perspectivas son halagüeñas para unos municipios que solo defienden lo que consideran necesario para la vida de un río, patrimonio de todos los españoles, y justo para su propia supervivencia.

Así se expresaba la ministra Ribera en una entrevista para eldiario.es, preguntada sobre el problema del agua: "considerar que podemos poner en regadío grandes extensiones de secano sin acceso a agua o pensar que puede haber un no coste a un recurso tan fundamental es absurdo",

"(...)hay que insistir en que son aportaciones puntuales que no pueden ser el eje central de una política de agua como hemos oído en ocasiones en el pasado, como si esto fuera un juego de parchís donde llevas las fichas a lo largo del tablero”, insistía nuevamente con unas palabras que despiertan el ánimo de los ribereños.

El problema parece claro y no es sólo el Tajo o la comarca ribereña lo que está en juego. Todas las miradas en España y Europa apuntan hacia la agricultura industrial del SCRATS, mientras el Gobierno de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia mira para otro lado y el Mar Menor agoniza. Es hora de actuar en la raíz del problema y dejar de alimentar a una industria privada cuya codicia solo es comparable a su escaso respeto por el Medio Ambiente.

Nunca fue mejor momento para poner fin al Trasvase, con tantos informes y datos sobre la mesa apuntando en una misma dirección

La burbuja de la agricultura industrial tiene los días contados, la agroindustria ha sobrepasado todos los límites sobrexplotando el regadío en Murcia y no tienen manos para tapar tantas bocas que, desde la ciencia y la ecología, claman por un cambio de modelo. Esta misma semana, el ministerio de Medio Ambiente y las asociaciones ANSE y WWF han presentado sendos informes recalcando que los principales culpables de la muerte del Mar Menor son los regadíos surgidos al calor del Tajo-Segura.

Si la semana comenzó con tremenda bofetada por parte del ministerio saliente a los aguatenientes del SCRATS, con un informe técnico culpando a la agricultura industrial de haber envenenado al Mar Menor, termina con otro por parte de WWF y ANSE desvelando el crecimiento masivo de la agricultura ilegal de regadío en los últimos cuarenta años. Desde que se abrió el grifo del Tajo-Segura.

“Durante años la Comunidad Autónoma y la Confederación Hidrográfica del Segura miraron hacia otro lado, e incluso favorecieron, el caótico crecimiento del regadío en el Campo de Cartagena, un descontrol que está detrás del gravísimo deterioro del Mar Menor”, denunciaba el director de ANSE, Pedro García, en su comparecencia ayer ante los medios en Murcia.

WWF y ANSE piden una revisión de las concesiones de agua existentes para adaptarse a los recursos disponibles considerando el impacto del cambio climático en el Segura y en el Tajo, y los efectos sobre el Mar Menor, y que se controle, fomente y facilite el buen uso de agua de los agricultores legales.

Los primeros en pagar el pato del descontrol fueron el Tajo y los municipios ribereños, que desde la apertura del Trasvase han visto mermado el volumen de sus aguas y sus posibilidades de crecimiento, como indicaba otro informe, en este caso de la Universidad de Castilla – La Mancha presentado a comienzos de 2018. Pero la miseria amenaza con traspasarse a través de las cañerías del Trasvase, como si fuera veneno.

“Todos los caminos llevan a un mismo destino, el final del Trasvase y el replanteamiento de un modelo de industria insostenible y gravemente perjudicial para el medioambiente, patrimonio de todos los españoles”, afirma el presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Francisco Pérez Torrecilla. “No se trata de ver cómo conseguir más y más agua, sino de ver qué puede hacerse con la que se dispone, sin aportes extras, y mejorar el rendimiento, siempre respetando el medio ambiente”.

Los ribereños de Entrepeñas y Buendía piden un primer gesto a la nueva ministra, suspendiendo cautelarmente el Trasvase aprobado

Las copiosas lluvias e inundaciones sufridas en el Levante, que han provocado incluso roturas en las tuberías del Trasvase invitan a pensar que no es necesario seguir enviando agua desde la cabecera del Tajo. Un informe ambiental del propio Ministerio presenta además la necesidad de replantear el modelo de agricultura industrial y adelanta que podrían ser necesarios hasta 600 millones para regenerar el daño hecho en el Mar Menor.

Todas las señales indican que la burbuja de la agricultura industrial está a punto de reventar, lo que era pan para hoy se ha convertido en hambre para el mañana. No cabe más porquería debajo de la alfombra, que en este caso es el Mar Menor. La fiesta nos costará a los españoles entre 430 y 615 millones de euros, otra muesca en la cuenta de quienes se han sentado en el sillón de la Consejería de Agricultura en Murcia desde hace 23 años. Otra factura que pagaremos todos por haber sostenido artificialmente el modelo de agricultura industrial hormonada del SCRATS.

“Llevamos mucho tiempo diciéndolo, el problema de los ribereños es un problema de todos los españoles, pues nuestra ruina es sólo la punta de un iceberg que engloba a todo el río Tajo, al Mar Menor, al Ebro, al Duero y al bolsillo de todos los españoles, desde el Cabo de Palos hasta Finisterre”, clama Francisco Pérez Torrecilla, presidente de la Asociación de Municipios Ribereños de Entrepeñas y Buendía. “¿Quién va a pagar la factura del Mar Menor, la agroindustria, el presidente López Miras, su equipo y sus predecesores o todos los españoles?”.

“Ahora, que la lluvia ha llegado hasta sus puertas, que sus embalses están llenos y está claro que no les hace falta, sería buen momento para que la nueva ministra, Teresa Ribera, suspenda al menos temporalmente el trasvase aprobado para junio”. El presidente de los ribereños y alcalde de Sacedón pide así un gesto que les ayude a encarar el verano con algo de optimismo. “Si continuamos en la misma dirección de antes, aun con el cambio de piloto, nos tendrá enfrente para advertirle que estamos abocados hacia el desastre”.

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